sábado, 7 de abril de 2018

El maestro del juicio final

"En el cielo hay una enorme señal de fuego -gritó el maestro-. Y brilla con un color que nunca antes había visto. ¡Ay de mí! Este color no es de este mundo, y mis ojos no pueden soportarlo.


-Es el rojo de las trompetas- gritó maese Salimbeni con voz atronadora. -Es el rojo de las trompetas cuando el sol del día del juicio final se refleja en ellas."


Con éste, Libros del Asteroide ya lleva editados dos libros de Perutz. 
¿Seguirán con el rescate de su obra?

Viena, 1909. El célebre aunque algo decadente actor Eugen Bischoff se retira a su habitación. Se prepara a ensayar un papel que representará, a modo de exclusiva, para unos pocos privilegiados. Son su esposa, su cuñado y tres amigos.

Pasa el tiempo y el actor no vuelve. Por el diálogo de los que esperan, empezamos a sospechar que no son tan amigos como parecían.

Dos disparos rompen la tensa atmósfera. El actor se ha pegado un tiro en la sien, no sin antes disparar a la pared. ¿Estaba probando el arma antes de suicidarse? ¿O había alguien más en la habitación? ¿Alguien que lo empujó al suicidio? Alguien que se escabulló sin dejar rastros...


Todas las sospechas se centran en el barón Von Yosch, oficial del ejército y antiguo amante de la mujer del difunto.


Escritor de una disciplinada imaginación, admirado por Borges y Theodor W. Adorno


Hasta aquí, nada que se aparte de lo que podemos esperar de una novela de misterio. Pero Leo Perutz es un escritor de una imaginación impresionante, que no se deja limitar por los estrechos cánones de la propuesta.
Seguimos al varón en su investigación. Tiene unos pocos días antes de que el cuñado de la víctima(¿?) lo acuse formalmente de instigación al suicidio. La otra opción no es mejor: suicidarse para que no lo denuncien. Al menos mantendrá el honor.

La narración nos lleva por una Viena nocturna, de pasillos estrechos y pasadizos imprevistos, de patios sumidos en la oscuridad bajo una llovizna persistente.

Narración sumamente eficaz, representación de un mundo desaparecido y fascinante, trama detectivesca a la vez que metafísica cuya resolución está más allá de cualquier salida efectista. 

La resolución de la investigación no solo es brillante: rompe el molde del género. Empuja la narración detectivesca al contacto con el misterio. Lo resuelve sin agotarlo: no por falta de lógica o de coherencia sino por respeto a la naturaleza misma del misterio.

Quizá el enemigo sea más que humano, sin ser sobrenatural.


"-Es demasiado tarde, 

pues las visiones de la noche ya se han apoderado de él."

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